La idea era que pareciese una foto tenebrosa, como si el coche tuviera vida, por lo que decidí hacer las fotos a oscuras con las luces de posición del coche encendidas para aumentar el dramatismo de la escena. El problema radicaba en que las luces del garaje tienen sensor de movimiento, por lo que en cada una de las tomas saltaba la luz y tocaba esperar 2 minutos sin moverse para lanzar la siguiente foto. Ni que decir tiene que cuando pasaba otro coche por el garaje saltaba la luz de nuevo. Tras muchos intentos y un largo procesado, este es el resultado. Espero que os guste.


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